EL PÁJARO DE LOS MUERTOS, de André-Marcel Adamek
LOS BESTIARIOS PORFIADOS Si uno deja un libro a la intemperie en un lugar de poco tránsito humano, digamos colgado de un árbol en medio de un bosque, sobre la arena de una playa o en la punta de un cerro, la humedad será implacable con sus páginas. La imagen de una novela preferida … Continúa