A propósito de Franzen y las masculinidades narrativas actuales

Esta suerte de género que también esculpe el carácter de narrativas más cercanas a nuestras latitudes se presenta, por ejemplo, en obras como las de Alejandro Zambra, Matías Bize o Gepe. En estas narrativas, los hombres también operan como síntoma de una incertidumbre mundial y son –de igual modo– los escuderos de una extinción venidera. La sociedad completa, con sus cambios y reformas aceleradas o con sus prejuicios sexistas, los desplaza; pero ellos presentan su inocencia frente a cualquier persecución. Nunca pretendieron ser machos, como se les achaca.

Hijas de huachos: a propósito de la maternidad en el país del caudillaje bastardo y la eterna transición

De niñas –lo supimos antes de leer a Montecino– la rebeldía a asumir lo masculino en tanto hombre y lo femenino en tanto mujer-madre hizo lo suyo en nosotras. Nuestra rebeldía a esa inequidad siempre estuvo ahí. Nuestro ser mujer no era equivalente a ser esposas. Ese precepto nunca lo confundimos. Lo que perdimos –después de ver la partida de nuestros padres cual protectores de un fuerte ya derruido, después de ver acto tras acto fallido de los próceres de nuestra sociedad…

Por una pluralidad literaria chilena: el grupo Juan Emar (1923-hoy)

Juan Emar no es un autor chileno ni es el seudónimo de nadie. Juan Emar es la heteronomía de un grupo abierto de personas que escriben literatura desde el siglo XX en nuestro país meridional –un aglomerado de nuevos y constantes descubrimientos creativos, de colaboradores, de autorías tachadas, de editores y críticos que siguen construyendo libros por leer. Todos ríen cuando es el grupo quien habla.