POEMARIO HERMOSO COMO YO, de Andrés Pereira

POESÍA O GÉNERO DEL YO 


poemario_hermosos_como_yoEl propósito de las vanguardias literarias europeas, y de casi la totalidad de las obras mayores del siglo veinte, fue probar los extremos de la comunicabilidad del material con que hace milenios venía conformándose el fenómeno que hoy entendemos como literatura. Un material impalpable pero tangible: cada lengua primero, los distintos discursos después. El lenguaje humano, finalmente, si se puede presumir algo a partir de la opinión que los últimos doscientos años nos formaron sobre la literatura, no es indestructible. El simbolismo, los experimentos dadaístas, la poesía concreta, la novela sin punto aparte, el best seller, el hipertexto, el grafitti, lograron por lo menos que nos diéramos cuenta que el lenguaje, como todo, tiene su propio brillo, su propia transparencia y su propia opacidad.

        El asunto se complica más al agregar que las palabras no existen por sí mismas, mal que nos pese a los que trabajamos con ellas, sino que están de alguna manera relacionadas indisolublemente con los objetos, los hechos, los rostros, la boca y la cabeza. Salvo en poesía, quisiera acotar, pero no es así. Porque aquí estoy comentando un libro de poesía que no comunica, pero que tampoco logra emancipar a sus palabras, sus imágenes de una referencia inmediata. Es una contradicción que se basa en la ceguera de quienes aún creen que Chile es un país de poetas, que alguien se toma en serio la querella de Huidobro, Neruda y Parra, que la poesía es una actividad viva en la que sus participantes asumen posiciones serias, las ponen en discusión y se plantean continuamente si la humanidad necesita seguir cortando los pocos árboles que quedan para imprimir libros escritos para la polola y la mamá, si usted necesita seguir leyendo esto en vez de ir a pasear.

        No quiero con esto decir que la literatura sea un oficio inútil. Lo contrario. Un escritor es de absoluta necesidad cuando intuye que debe leer antes de escribir, cerrar la página antes de abrir la siguiente, soportar tanto el silencio como sus ganas de decir cosas. Poemario hermoso como yo olvida el material con que trabaja, que son las palabras y no el ego. También olvida que el alarde no pertenece a la literatura, sino al periodismo, que las dedicatorias y los homenajes se entienden solamente mientras se los decimos en la intimidad a la persona amada, no antes ni después. En tiempos en que todas las frases, las palabras, los sonidos, los gestos son usados para aumentar los bienes materiales de alguien, en medio de la marea de campañas publicitarias que nos ataca en todos los niveles y sentidos, incluso cuando creemos que somos originales, bien haría un poeta en amasar sus citas hasta el momento en que las pueda pronunciar con eficacia.

 

 

 


POEMARIO HERMOSO COMO YO. Andrés Pereira. Ediciones Acuario de Papel. Santiago, 2002.