LOS PRINCIPIOS DE LA NATURALEZA, de Tomás de Aquino

UNA HISTORIA DE MISTERIO 

 

los_principios_de_la_naturalezaTengo una amiga que se refiere a los libros de Tomás de Aquino como "las mejores y únicas novelas de misterio de la Edad Media", para espanto de filósofos clásicos en general y escolásticos en particular. Sin embargo, este juicio puede parecer menos un capricho literarizante si entendemos como imposible una lectura que abandona estos tiempos y estos lugares donde nos ha tocado vivir. Si para mi cotidianidad es imposible eludir la tan mentada comunidad globalizada, con su énfasis en el carácter transaccional -interesado- de toda actividad humana, los intentos de Tomás de Aquino de clasificar qué es accidental y qué es sustancial se ubican en un terreno para nada contemporáneo, porque no aspira a ser discurso para otros, sino objeto en sí mismo. Si no me equivoco, hoy nadie se atrevería a componer este opúsculo sobre la esencia observable de las cosas sino como un simulacro de ignorancia, una ficción teórica.

    Los principios de la naturaleza está escrito con un registro que asume que todo lo que dice parte de la Verdad, un discurso pleno, pleno de certeza. Tanto, que da vergüenza después cerrar el libro, salir a la calle y enfrentarse a tantas frases publicitarias que te quieren convencer una y otra vez de minucias. Su lenguaje objetivado es una joya de museo, cerrado sobre sí mismo, lacónico. Pese a ello, esa lectura mía de hoy hace inevitable centrar la atención en "la cita en abismo" con que se presenta esta edición de la obra del Aquinate. Sin duda, en la edición que ha hecho Universitaria se reconoce la impronta del tiempo. Como ya nadie escribiría De Principiis Naturae, si no me equivoco, sin recurrir a las tretas borgeanas de la imitación de discursos, sólo caben los comentaristas. Es así como Mauricio Órdenes, excelente traductor, resume y glosa a Tomás de Aquino, quien a su vez lo hace con la Sagrada Escritura y con Averroes, quien por su parte comenta a Aristóteles…

    Tomás de Aquino indica que los principios de la sustancia son cuatro: la materia, la forma, la privación de materia y de forma, y el acto de adquirir forma por parte de la materia. Estas palabras son difíciles, y muchas de ellas han sido desviadas del uso que les dio el Escolástico. Cuando logré salir del juego de palabras, esto es, alrededor del penúltimo capítulo, tuve que preguntarme qué es la substancia o naturaleza de las cosas. Es sugerente que Tomás de Aquino diga que la única manera de saberlo es por la ley de la analogía: una cosa participa más o menos de Su Esencia a medida que ésta se pueda nombrar. Como en una novela de misterio.

 



LOS PRINCIPIOS DE LA NATURALEZA. Tomás de Aquino. Traducción, notas e introducción de Mauricio Órdenes. Editorial Universitaria. Santiago, 2001.