DÍA QUINTO, de Manuel Silva Acevedo

EUFEMISMOS 

 

da_quintoEn su portada, prólogo y contratapa, la edición de Día quinto, de Manuel Silva Acevedo, ostenta ante el lector la epifanía que supuestamente debería provocar este conjunto de poemas. Ésta consiste en el señalamiento del "foco de malignidad que hay en el hombre contemporáneo, que le hace ver toda la creación como un "supermercado" de materias primas para satisfacer la locura de su ambición". Palabras de aplicado prologuista, que corroen las siguientes odas por el inevitable efecto de la expectativa incumplida.

        Poema tras poema, Día quinto va desleyendo el apocalipsis botánico que se había anunciado, pues no revela ningún final. La lista de especies en peligro que confecciona más bien confirma la caducidad del zarapito, de la chinchilla y del huemul, nada nuevo. Letra muerta. Parafraseando a Huidobro -indispensable para todos nuestros poetas catastróficos- los animales y las plantas cuya extinción observa Silva Acevedo ni siquiera pueden vivir al interior del poema. El programa del libro -tan desnudo, lo que de entrada causa simpatía- nunca es dejado atrás por las imágenes. El culpeo de Tierra del Fuego no asoma en ningún verso su silvestre hocico blanquecino, así de asustado debió estar ante la vigilancia del hablante lírico, ante su permanente intervención en cada figura lírica con que coloniza las pampas, desiertos y bosques para asegurarse de que quede claro que "ahora peligra el Rayadito de Más Afuera/ al igual que los últimos poetas del suelo nacional/ con tanto cálculo de costo-beneficio".

        Con su variedad de registros, su insistente denuncia, su carrera de nombres científicos, eufemismos, neologismos y su recurso a la cita culta como popular, Día quinto es un libro en extremo civilizado -humano, si se me permite- para poder pronunciar la mudez que sopla en cualquier valle cuyos árboles y animales se han marchado. Acaso era un ensayo el que podía abundar en las implicaciones socioeconómicas y culturales de la deforestación y de la pérdida de la fauna patrimonial chilena. Todas esas palabras suenan a extinción, es cierto, pero ninguna de ellas acierta con lo ausente de este poemario: la muerte.

 

 


DÍA QUINTO. Manuel Silva Acevedo. Editorial Universitaria. Santiago, 2002.