A propósito de Franzen y las masculinidades narrativas actuales

Esta suerte de género que también esculpe el carácter de narrativas más cercanas a nuestras latitudes se presenta, por ejemplo, en obras como las de Alejandro Zambra, Matías Bize o Gepe. En estas narrativas, los hombres también operan como síntoma de una incertidumbre mundial y son –de igual modo– los escuderos de una extinción venidera. La sociedad completa, con sus cambios y reformas aceleradas o con sus prejuicios sexistas, los desplaza; pero ellos presentan su inocencia frente a cualquier persecución. Nunca pretendieron ser machos, como se les achaca.

VERSIONES DE INTENTOS / ATTEMPTED VERSIONS, de Francisca Villela

Este libro le tiene mala voluntad a ese impulso histórico, archivístico, memorialista, de diseñar un futuro en la página siguiente, cuando el mismo apretujamiento de objetos seductores, parciales, recatados –su sentido minimal–, que fue apenas creciendo y llenándose de palabras –prístino, limpio, libre de polvo y piñén–, estalla en la doble página, la ocupa completa y muestra explícitamente sobre el mármol objetos, materialidades hechas de plástico, de petróleo, esa materia que es finalmente una trasmutación comercial del cuerpo antiquísimo de animales y árboles.

Por una pluralidad literaria chilena: el grupo Juan Emar (1923-hoy)

Juan Emar no es un autor chileno ni es el seudónimo de nadie. Juan Emar es la heteronomía de un grupo abierto de personas que escriben literatura desde el siglo XX en nuestro país meridional –un aglomerado de nuevos y constantes descubrimientos creativos, de colaboradores, de autorías tachadas, de editores y críticos que siguen construyendo libros por leer. Todos ríen cuando es el grupo quien habla.