RETRATOS FUNDAMENTALES
Antes de pronunciar cualquier palabra acerca de Retratos de la Antigüedad Griega creo necesario hacer una advertencia. No tengo ningún tipo de contacto con la Editorial Universitaria, no conozco al autor del libro, ni tengo ascendencia griega. Me imagino que el lector estará preguntándose a qué viene tan impertinente aviso. La más elemental estrategia discursiva me invita a responderle en los siguientes términos: "a lo largo de estas líneas encontrará usted la razón". Pero la sinceridad -esa incómoda virtud- me obliga a reconocer la motivación original: sólo así me siento en condiciones de ofrecer mi opinión con mayor libertad. De paso, por qué no, evito que se ponga en duda mi neutralidad.
Hacía ya tiempo que no tenía entre mis manos una obra tan bien lograda. Su lenguaje simple, pero magistralmente articulado, produce una conexión inmediata entre emisor y receptor. Y ese puente, que a lo largo de la lectura se vuelve fundamental, hace posible que la lejanía temporal respecto al objeto de estudio se revierta. Para nadie es un misterio el valor inestimable de la cultura griega. Su genialidad le ha permitido enfrentarse al paso de los siglos y contar con la admiración de todas las edades. Incluso de la nuestra, a veces muy soberbia como para reconocerse tributaria de épocas anteriores. Pero un desapego irresponsable respecto a nuestro pasado nos ha llevado a cultivar una relación estéril con los cimientos de lo que hoy somos; nuestra admiración impone distancia, desterrando los vestigios de épocas pretéritas a un descanso eterno en las salas de museos o en los anaqueles de bibliotecas. Afortunadamente, persisten esos ánimos porfiados que nos recuerdan que el mundo no nació con nosotros. He ahí la virtud de Gerardo Vidal Guzmán, el autor, hacernos sentir, mediante un envidiable manejo de la palabra, que formamos parte de una larga tradición, que somos depositarios de siglos y siglos de preguntas y respuestas.
Nuestro agudo lector no dejará de mostrar escepticismo. ¿Cómo es posible tanta maravilla? Se preguntará. Talento, le respondo, simplemente los frutos del hoy tan escaso talento. Y es que Gerardo Vidal no se conforma con reconstruir el mundo griego antiguo en la forma a que estamos acostumbrados. Su método, tal como lo enuncia el título, es presentar retratos. Los más grandes personajes que hicieron y hacen brillar a la Hélade tomaron sus mejores posturas, presentaron su mejor perfil para que un pincel inquieto los resucitara una vez más. Pero al parecer no posaron solos. Una mirada atenta nos permite ver que toda una época asistió a la ocasión, que todo el legado griego se hizo presente en la figura de cada modelo. El artista hizo el resto. En vez de la tela, se sirvió del papel. Y con las palabras hizo las mezclas perfectas.
Me cuesta recomendar un libro sin hacer ciertos reparos. Esta vez haré una excepción. Espero no equivocarme.
RETRATOS DE LA ANTIGÜEDAD GRIEGA. Gerardo Vidal. Editorial Universitaria. Santiago, 2001.