LA TIRANÍA EN CHILE, de Carlos Vicuña

UNA POLÉMICA QUE NO SE ACABA

 

la_tirana_en_chileMe imagino que en los pasillos de Lom todavía deben estar felicitándose por este acierto editorial. Y claro está que las razones sobran. Al poco tiempo de su aparición, La tiranía en Chile se convirtió en el texto más comentado dentro de nuestra parrilla periodística. El corolario es fácil de imaginar: con similar rapidez, la obra se encaramó dentro de los títulos más vendidos en las librerías nacionales y dicho impulso parece no pretender agotarse en el corto plazo. Negocio redondo dirán las mentes más calculadoras. Un buen síntoma del clima intelectual existente, señalarán los más idealistas. Si bien sería descabellado negar lo beneficiado que resultó el libro – en términos de difusión- con los acalorados graznidos que provocó, resultaría igualmente desproporcionado hablar de la existencia de un debate. Como ya es costumbre en nuestro medio, la disputa devino en un febril pataleo sustentado en la irracional defensa de apellidos supuestamente "honorables". Desterrados quedaron los argumentos, las razones y el buen juicio ante afirmaciones mezquinas y de poco vuelo. Al parecer, el único debate medianamente aceptable sigue siendo el suscitado por la aparición de la Historia contemporánea de Chile de Julio Pinto y Gabriel Salazar. Para los desmemoriados, una publicación de esta misma casa editorial.

 

        Hago referencia a esos ladridos disfrazados de opiniones simplemente porque, creo, terminaron desluciendo una obra que merece mucho más. Primero, por las características de su autor, Carlos Vicuña Fuentes -1886 a 1977-, connotado jurista, filólogo, filósofo y político, un intelectual en todo el sentido de la palabra. Inmerso desde muy joven en los vaivenes políticos del siglo pasado, su experiencia le permite entregar un panorama que reconstruye vivamente las casi siempre subterráneas redes del poder. A pesar que su verbo punzante siga provocando alergia en epidermis delicadas que han llevado a aconsejar una cierta distancia a la hora de leer, ello en nada desmerece a una obra de referencia obligada para quien desee conocer los principales acontecimientos políticos desde 1920 en Chile.

        Segundo, por el espíritu que anima a este trabajo. La obra fue redactada en Argentina, lugar al que el autor arribó después de fugarse del destierro magallánico al que fue confinado por la dictadura de Ibañez. Lo lógico sería pensar que el principal objetivo de Vicuña era denunciar al régimen que le obligó a abandonar el país y renunciar a sus cátedras de la Escuela de Derecho y la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile. En parte así es. Sin embargo, y como bien se señala en la contratapa de la edición, este trabajo "es uno de los más lúcidos alegatos por la libertad, la dignidad y los derechos de los chilenos atropellados a lo largo de nuestra historia. Demuestra que la violencia, la arbitrariedad, el autoritarismo y la coerción a las libertades fundamentales han recorrido la historia de nuestro país". En su encarnizada lucha contra la tiranía, Vicuña nos entrega un mensaje que merece ser comprendido a cabalidad, mucho más allá de los excesos o de las imprecisiones analíticas en que pudo haber incurrido.
        Una edición bien cuidada y un intenso prólogo de Volodia Teitelboim hacen de La Tiranía en Chile un producto perfecto. Tiránicamente insto a leerlo.

 

 

 

 

 

 

 

LA TIRANÍA EN CHILE. Carlos Vicuña. Lom Ediciones. Santiago, 2002.