EL EMPAMPADO RIQUELME, de Francisco Mouat

UN MILAGRO PUERIL

 

el_empampado_riquelme¿Qué es El empampado Riquelme, novela, crónica, memorias, collage de prensa? Este libro posee, desde el mismo título, la punzada de lo inesperado. La apolillada noticia de un hombre mediano que se pierde en un viaje en tren y que es encontrado sólo después de cuarenta y tres años perfectamente habría dado pie a una novela muy actual, revisionista, seudohistórica, que apenas hubiera maquillado la anécdota con extractos de un ensayo de crítica cultural, hasta transformar la minúscula figura del cadáver de Julio Riquelme contra el vasto horizonte del desierto de Atacama en una tosca alegoría sobre las bases de la chilenidad. Ciertamente, la falta del padre y sus nefandas secuelas -véase El laberinto de la soledad, de Paz- es también lo que Francisco Mouat quiso tematizar en su reescritura de la pequeña información que apareció en 1956 en el diario El Tarapacá. Sin embargo, las connotaciones de la irrupción del periodismo liviano en la gran narrativa de la identidad son impredecibles. Como la forma que adopta el libro.

        El empampado Riquelme está planteado como una investigación periodística que busca reconstruir los datos empíricos de la desaparición de Julio Riquelme en el desierto. No obstante, logra reunir la mayor cantidad de información convencional. El libro apunta constantemente hacia un terreno de la realidad que el periodismo tal como lo conocemos en Chile jamás logra abarcar, porque no sabe detenerse ni tampoco darle un espacio al silencio: el misterio cuyas capas visibles son las circunstancias inexplicables, las coincidencias, lo sobrenatural, la fe. En un capítulo, Mouat reconoce que tiene "una fijación, no sé muy bien por qué, con los perdidos, con los que desaparecen y no dejan huella […]; seres humanos que parecieran no afectar a nadie en este planeta y cuyo destino no parece afectar socialmente". Esta fijación por el portento banal es la corriente central de la investigación periodística y, al mismo tiempo, su principal obstáculo.

        Sugestivamente, Mouat incluye constantes citas a poemas y ensayos de la alta tradición literaria para reflexionar, pero su propia voz no se detiene nunca sobre sí misma para encontrarse. El empampado Riquelme es, ciertamente, una "carta al padre". Una carta, empero, cuya búsqueda de la propia identidad en la figura del personaje extraviado en el desierto se hace sin discernir nunca la propia subjetividad, la propia voz. La forma múltiple y sin cohesión narrativa del reportaje reproduce a cada momento los distintos registros posibles, para así encontrar, en algunas de las simulaciones, al objeto periodístico hablando en estado de pureza a través de la grabadora, fuera del reportero mismo. El padre, Julio Riquelme, puede aparecer en estas páginas solamente si el hijo -Ernesto Riquelme o Francisco Mouat- se esconde. Lo inesperado se vuelve un lugar común. El defecto más recurrente del discurso periodístico es pretender recuperar la mímesis cuando la literatura ya descubrió su carácter ilusorio. Para contar la infancia no es necesario un relato pueril, en el sentido dependiente del término.

 

 


EL EMPAMPADO RIQUELME. Francisco Mouat. Ediciones B. Santiago, 2001.