¿QUÉ SERÁ DE CHILE EN EL CIELO?, de Soledad Falabella

INTERPRETACIÓN SOBRE EL CHILE DE GABRIELA MISTRAL

 

qu_ser_de_chileLa teórica Iris Zavala recupera la teoría del dialoguismo de Bajtín para leer, o más bien releer, los textos como forma de rescatar la raíz de los signos y del lenguaje en la cultura. Si bien insiste en ver el discurso como un sistema que evidencia pasiones, formas, experiencias y luchas del pasado social encarnadas en nuestro presente, también recalca que es el vehículo de una lucha ideológica por legitimar un significado propio y un proyecto semántico, proponiendo de esta forma una pauta de lectura que devele las voces del pasado que conforman el discurso, reactualizándolas en el presente. Ahora, si bien un análisis de este tipo puede abrir los significados de un texto a otros nuevos y proponer lecturas diversas respecto a lo que se conoce hoy, puede caer en falta de consistencia, en una pérdida de los límites del sujeto que estudia, de las voces que hablan en él y de su propio discurso.

    Resolver esa brecha entre el sujeto productor y las voces que hablan a través de él es una manera de abordar ¿Qué será de Chile en el cielo?, el exhaustivo estudio al que Soledad Falabella somete el discurso del exilio de Gabriela Mistral en su Poema de Chile. Se debe encontrar el modo de despejar dudas sobre el autor, hablar de él como concreción de distintas ideologías presentes en la sociedad, y también de las condiciones que autorizan tal interpretación. Proceder de tal modo se complica aquí –se debe recalcar- porque hay por lo menos dos discursos que se desarrollan e interpelan en el libro: el de Gabriela Mistral hablando sobre Chile desde el exilio y la interpretación sobre ese acto, que recopila 12 años de estudio sobre el discurso de la poeta chilena.

    El libro nos transporta desde un prólogo que explica las intenciones de releer, a la luz de distintas teorías, una de las obras más importantes de la poeta, y que ha tenido tan mala recepción como poca atención de la crítica a lo largo de los años. Falabella nos advierte que esto se debe, básicamente, a que las ediciones que se pueden recuperar, todas hechas después de la muerte de su autora, no respetan el principal interés de Gabriela Mistral, que es contar a Chile desde sus paisajes, su flora, su fauna, pero también –y más importante- contar que no la dejan volver. A través de una recuperación de los textos originales y sus paratextos, en los cuales se indica la forma y la intención de una escritura que comienza desde su marcha al exilio, Soledad Falabella propone que en esta obra de Mistral quedan huellas de las luchas de la poeta con las fuerzas que la llevaron a autoexiliarse, “así, se puede leer este libro como un síntoma del malestar de la nación con respecto a ciertas subjetividades incómodas a la matriz normal de su ‘sociabilidad’”.

    Desde esta hipótesis, Falabella busca cuáles son aquellas actitudes lingüísticas y sociales de Gabriela Mistral plasmadas en el Poema que molestaban a la elite cultural de su época, insistiendo a cada paso que son estas actitudes rebeldes las que siempre la llevan a quedar fuera del paradigma de sociedad que se cuajaba en la primera mitad del siglo XX en Chile. Para recuperar el ánimo mistraliano, Falabella recurre a distintas teorías –psicoanálisis, postestructuralismo, teoría de género, entre otras- y a figuras como el lenguaje del padre, el fantasma, el huacho, el uso del seudónimo y la mujer-madre; todo esto es desarrollado a lo largo de los distintos capítulos del libro por medio de una estructura que se dedica a descomponer los supuestos mensajes velados en el poema que, finalmente, es extrapolado como un relato de las características de la Modernidad latinoamericana encarnadas en Gabriela Mistral.

    La Gabriela Mistral del ensayo resulta ser un sujeto incómodo debido a múltiples factores, como la ausencia de su padre, la falta de educación formal, la acción a favor de voces menores como las del campesino, del huacho o del indio, exhibiendo su calidad de mujer de una manera poco acorde al canon de la época, que está tomado del “lenguaje del Padre”.

    Si bien en este recorrido Falabella se complica, repite incesantemente ideas y citas, abusa de lugares comunes tanto de la crítica postestructuralista como de los estudios de género, y recurre a construcciones de sintaxis francesa para expresar su ideología en un castellano falto de originalidad, el libro exhibe zonas de interés, como el diálogo que establece con la crítica sobre Mistral. Así como recupera textos latinoamericanos que han interpretado de manera correcta (según su hipótesis) a Mistral –Grínor Rojo, Jaime Concha, por nombrar a algunos-, destruye paradigmas de interpretación producidos en los Estados Unidos que desconocen las bases lingüísticas e históricas de Hispanoamérica.

    Así también los últimos capítulos del libro -en los cuales Falabella trata de retomar y ordenar las ideas expuestas en las páginas anteriores- buscan recuperar el contexto en el cual Gabriela Mistral se desarrolló como escritora, y el espacio que logró urdir mediante distintos procesos textuales, como por ejemplo sus recados. Es aquí donde la referencia a las teorías de Ángel Rama y las reflexiones sobre la Modernidad hispanoamericana cobran sentido en el contexto del ensayo, ya que una vez que ha alejado a la Mistral del retrato pobre y escolar que se había adjudicado logra devolver ese cosmopolitismo al lugar donde pertenece. Es aquí donde, ya cansado de malabarismos de citas e ideas, el lenguaje vuelve a sus raíces.

    ¿Qué será de Chile en el cielo?, cita de Mistral que Soledad Falabella tomó prestado para titular su estudio, utiliza un mecanismo de escritura que -como lectora- me hace imposible no crear ciertas relaciones antojadizas y un poco morbosas sobre la identificación excesiva del sujeto que escribe con su objeto de análisis. Como lectora alejada del paradigma científico, me provoca las siguientes inquietudes, que pretendo registrar como preguntas:

    1.- ¿De qué manera y hasta dónde la identificación de la autora con su objeto de estudio la lleva a centrarse más en el rol de Gabriela Mistral como sujeto intelectual que en el Poema mismo?

    2.- ¿Con qué sentido utiliza Soledad Falabella la figura de Gabriela Mistral como parte de una batalla propia para legitimar tanto su versión de Mistral como su trabajo intelectual?

    3.- ¿De qué manera textos anteriores, como Y dirán que está en la gloria, le han dictado a Falabella el camino a seguir, en cuanto al proyecto semántico de la relectura que hace de Mistral y su Poema?

    4.- ¿Cuáles son las condiciones del campo intelectual chileno para que surjan lecturas nuevas que desvían la norma de un país sobre una de sus mayores poetas? ¿Cuál es el rol de universidades, editoriales, personas nacionales y extranjeras, así como la influencia de las teorías foráneas para la conformación de estas condiciones?

    5.-  ¿En qué medida el lenguaje de Mistral se ve interpretado y, en cierta forma, distorsionado por el de las teorías extranjeras utilizadas? (Utilizo aquí distorsión no en un sentido necesariamente peyorativo).

    Si bien se aprecia una postura unívoca -una vez que el relativismo dejó ya de ser pauta de crítica, al haber sido absorbido por el mercado-, estas preguntas reflejan un acercamiento a la interpretación exhaustiva del Poema de Chile de Gabriela Mistral. No se debe olvidar que no sólo las novelas son ficción; todo discurso es posible de ser sometido a una interpretación que lo transforma, finalmente, en una verdad relativa.

 

 


¿QUÉ SERÁ DE CHILE EN EL CIELO? Soledad Falabella. Lom Ediciones. Santiago, 2003.